Anuncio de lotería de Navidad 2015

Buenos días marketeros! :) Hoy en esta entrada quiero hablar sobre el anuncio de la lotería de Navidad de este año. ¿Qué os parece? ¿Lo habéis visto? Por si aún no lo habéis visto, aquí os dejo el link para que podáis verlo y me contéis que os parece! :)

Si nos paramos un momento a pensar en el del año pasado, vemos como existen grandes similitudes entre ambos: humanidad, sensibilidad, sentimentalismo, emoción...Y es que parece que se han dado cuenta de que en estos tiempos que corren, esos son los anuncios que más nos llegan, ya que a día de hoy, son los sentimientos que más falta hace sentir y que tanto escasean.

En la actualidad nos asombramos al ver que todavía hay gente buena en el mundo. Nos sorprendemos cuando un adolescente le cede su asiento a una persona mayor o a una embarazada en el autobús, nos extrañamos cuando en una tienda nos tratan de una forma excesivamente amable o nos impresiona ver como una persona comparte su comida o su dinero con un indigente. Lamentablemente, hemos llegado a una situación en la que nos hemos acostumbrado al lado oscuro de las personas y a que ocurran cosas malas, y a sorprendernos cuando vemos que no todo es tan negro, que a pesar de todo, aún quedan personas con un gran corazón, como los compañeros de Justino, el cual es el protagonista del anuncio de este año, o como Antonio, el protagonista del año pasado. En ambos anuncios vemos como le guardan un décimo de lotería al otro, que no había comprado, dándole así la sorpresa de que le ha tocado el Gordo de la Navidad.

 Y es que pienso que la esperanza es lo último que debemos perder, que a pesar de todas las desgracias que ocurren día tras día en los distintos lugares del mundo, aún queda gente buena, gente con sentimientos, gente que desea lo mejor para los demás y hace lo imposible por conseguirlo.

Por tanto, considero que este tipo de anuncios en esta época del año es totalmente acertado, ya que Navidad es una de las pocas ocasiones en las que la mayoría de nosotros nos juntamos con nuestra familia al completo para cenar, charlar, reír, recordar con una sonrisa a todos los que ya no están, pasar grandes momentos, estar juntos. Hacer todo eso que durante el resto del año no hacemos, porque a veces se nos olvida que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar. Por lo que, no hay mejor época que ésta para recordarnos que la bondad puede ganarle ese pulso a la maldad y que todo esfuerzo, tiene su recompensa.