lunes, 11 de abril de 2016

¿Le damos hoy en día la importancia que se merece a la atención al cliente?

¡Buenas tardes marketeros! ¿Qué tal? ¿Cómo lleváis la semana? ¡Espero que genial! :)
Hoy os voy a contar una experiencia personal que me pasó hace apenas unos días y que vuelve a mostrarnos como muchas empresas no le dan la importancia que se merece a la atención al cliente...Antes de nada, comentaros que el bar se llama "La Pinta" y se encuentra en Churriana de la Vega.
El sábado por la tarde quedé con unas amigas y con mi pareja para dar un paseo y posteriormente cenar. Cuando llegó la hora de cenar, decidimos ir a un bar cercano, situado en el mismo pueblo en el que vivimos, al cual hemos ido muchas veces y nos gustan sus tapas. Llegamos sobre las 9 y tuvimos la suerte de encontrar dos mesas libres, éramos siete, por lo que nos venían genial. Comenzamos a pedir, nos traen nuestra primera ronda de bebidas y nuestras tapas correspondientes, hasta aquí todo perfecto. Al acabar con esta primera ronda, muchos de nosotros decidimos pedir una tapa extra.
Y ahora es cuando comienza lo verdaderamente importante. Tras pedir las tapas extras y casi cuando nos las habíamos terminado, nos dice el camarero, que si nos podemos poner todos en una sola mesa, que necesitaría una mesa para una familia que acababa de llegar. Cuando nos dijo eso, nos sorprendimos todos un poco, porque si somos siete personas y los siete estamos consumiendo y tomándonos nuestras tapas, no veo normal que nos pida que en una mesa de cuatro personas, nos pongamos siete por el hecho de que hayan entrado nuevos clientes. Porque normalmente, cuando entras a un bar y no hay sitio, el camarero no levanta a los actuales clientes para que tú te sientes, sino que la mayoría de las veces te vas y buscas sitio en otro bar. Pero bueno, el caso es que lo comprendimos y nos pusimos los siete en una misma mesa. A los pocos minutos, dos de mis amigos se tuvieron que ir, por lo que nos quedamos cinco en la mesa. A continuación, mi pareja decidió pedirse una nueva bebida, mientras que los cuatro restantes decidimos no tomar nada más. Cuando el camarero trajo dicha bebida, nos dijo que necesitaba dos sillas de las nuestras para esa familia que comenté anteriormente.
Aquí fue cuando comenzamos a enfadarnos un poco. Porque veo de muy mala educación que nos pidiese dos de nuestras sillas, en las que estábamos sentados para dárselas a otros que acababan de llegar. Pero el colmo fue que a la derecha de donde estábamos tenían un pequeño “comedor”, con cuatro o cinco mesas LIBRES, y con sus correspondientes sillas, TODAS LIBRES. Se lo comentamos, que cogiese sillas de ahí y nos dijo que no, que eso eran sillas del “comedor” y que no podían mezclaras. Eso para nosotros ya fue la gota que colmó el vaso. Nos estaban echando, literalmente, decía que no podía estar bebiendo solo una persona y las cuatro restantes no (cuando las cuatro restantes ya habíamos consumido nuestra bebida, la tapa correspondiente y una tapa extra más, no es que llegásemos cinco personas al bar y solo consumiese una).
No dábamos crédito a lo que estaba pasando, jamás nos había ocurrido algo así. Por lo que consumimos esa última bebida lo más rápido posible y nos fuimos, para siempre. Porque por supuesto no pensamos volver. Es más, estuvimos pensando en pedirle la hoja de reclamaciones y poner una queja, pero no teníamos más ganas de seguir allí con ese tipo de gente. Pero por supuesto, las cosas no se quedan así. La mayoría de nosotros hemos puesto una queja online, contando nuestra experiencia, porque consideramos que no es normal, ni lo ocurrido ni las formas utilizadas. No se puede tratar así a unos clientes, porque como dicen por ahí “es más fácil fidelizar a un cliente actual que captar a uno nuevo” . Y quizás en ese momento, ellos sentaron a cuatro personas nuevas en una mesa, las cuales volverán a ir al bar o no. Pero lo que sí está claro, es que acaban de perder a siete clientes para siempre. 
Por lo que parece, las empresas aún no se han dado cuenta de la importancia que tiene hoy en día la atención al cliente. Porque bares hay muchos, por lo que si eligen tu bar para pasar un buen rato y cenar, que menos que tratarlos educadamente y no echarnos, ¿no?


No hay comentarios:

Publicar un comentario